Natalia Evangelista Yoga

Festival Yoga Siracusa

A las 7:30 se comenzaba con una meditación en el Forte Vigliena un entorno que no podía ser más bonito, el sol apenas comenzaba a salir, el sonido de las olas y todos los participantes disfrutando del momento presente.

El primer día con Jacopo Ceccarelli, segundo con Helene Evrard y Ian Szydlowski Alverez. Cada una de ellas fue una sensación distinta, pero el sentimiento de paz coincidio en las tres. Sencillamente fue un placer.

La temperatura tan agradable era una invitación para que al terminar la meditación me decidiera a darme un baño en el mar, y luego tomar unos mates de manera espontánea con otros participantes,  y mi amigo y maestro Marco. Sinceramente me he sentido muy afortunada de estar viviendo esta experiencia.

 

A lo largo del día iban transcurriendo los workshop, cosa que hacia difícil de escoger a cual asistir porque todos eran muy interesantes…La primer clase que tome fue con Jang-Ho Kim, tal como se describe,  su yoga es un alquimia de sudor, risas, tensión, llanto y relajación.Una de las clases que repetí fue la de Daphnee Ollivaud y Benoit Le Gourrierec , su cercanía y simpatía te permitian disfrutar de la práctica con fluidez, intensidad y precisión de las asanas.

La clase de Cyril Moreau era realmente una masterclass de toma de conciencia con el cuerpo. La precisión, la alineación y sentir, te permitian llevar la práctica más allá de lo aprendido.

Johannes Vogt sabe llegar a tu corazón a través de su música, desde esa conexión que tiene con su centro, invitándonos a que experimentaramos lo mismo en sus clases de Thai Massage.

Y como en todo festival no podía faltar, la comida, vegana con ese sabor tan particular que tiene la cocina italiana. Mi preferido fueron: los arancini di riso, unas bolas de arroz rellenas y rebozadas que  tomaba a todas horas.

El Siracusa Yoga Festival fue una experiencia que sin duda volveré a repetir. Me quedo con la parte humana tanto de los profesores como de los participantes, esas miradas y sonrisas cómplices son lo que más llena.

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Siracusa Yoga Festival